Consumir es el acto mediante el cual se satisface una necesidad, pero también es mucho más que eso, pues implica participar consciente o inconscientemente en los procesos económicos, medioambientales y sociales que permiten la presencia en el mercado del bien o producto consumido. Por ello, el concepto de “consumo responsable”, que equivale a consumo reflexivo, crítico y solidario, postula que deberían tenerse en cuenta tales procesos al momento de tomar la decisión de compra y elegir entre las opciones disponibles las que menos repercusiones negativas tengan. En consecuencia, es conveniente determinar qué empresas, productos y servicios, respetan el medio ambiente e invierten en calidad para preferirlos frente a otros que no cumplan con los citados requisitos. Antes de escoger por impulso un determinado producto o servicio atraídos por un precio bajo, importa sopesar también su calidad e impacto ambiental, si el almacén donde se adquiere brinda un buen servicio de posventa, y si la fábrica que lo produce tiene políticas de responsabilidad social empresarial. Por supuesto, ello pone en evidencia la importancia de educar e informar al consumidor en forma permanente a través de todos los medios posibles, desde su propia perspectiva y no solo desde la óptica del fabricante, del comerciante, del publicista o del marketing, que no siempre consultan el bienestar colectivo, a fin de lograr la modificación de los hábitos de consumo inconvenientes para la salud pública, el ecosistema, la prosperidad de la región, y por supuesto, para la economía familiar.
NECESIDAD DE AGREMIACIÓN DE LOS CONSUMIDORES EN LIGAS COMUNALES
La sociedad está basada en la actividad económica de tres sectores principales: Los productores o fabricantes. Los proveedores o comerciantes. Y los consumidores. Para obtener sus respectivas reivindicaciones cada sector debe contar con asociaciones poderosas y bien nutridas, pues resulta evidente que solo serán incluidas en la agenda política las necesidades de los gremios mejor organizados. Hasta ahora, a pesar de ser el sector más numeroso, los consumidores colombianos no son tenidos en cuenta al momento de tomarse las grandes decisiones que afectan sus intereses colectivos, sencillamente porque no están agrupados y organizados conforme al Decreto 1441 de 1982. Consideramos que en la práctica y no solo en teoría, en las ciudades de Colombia, cada comuna debe contar al menos con una liga de consumidores que vele por los derechos de sus integrantes, cada municipio constituir una asociación de ligas comunales y cada asociación municipal integrarse a su respectiva asociación departamental de consumidores para que estas, a su vez, se afilien a la Confederación Colombiana de Consumidores, que aglutina a las asociaciones regionales de consumidores de todo el país. De esta manera se lograría una verdadera participación ciudadana en el proceso de mejoramiento de la calidad de vida. Las organizaciones de base son las ligas comunales de consumidores y sería de gran valor estratégico que esas ligas se conformaran con delegados de las Juntas de Acción Comunal (JAC), Grupos de Adultos Mayores y Asociaciones de Padres de Familia. Los interesados en constituir una liga de consumidores pueden obtener más información en http://fundeconsumo.blogspot.com/ y/o escribirnos a el-consumidor@hotmail.com
EL PODER DE COMPRA DE LOS CONSUMIDORES ORGANIZADOS
La unificación del poder de compra de muchos consumidores minoristas permite hacer una compra al por mayor para obtener un mejor precio, lo que se conoce como descuentos por volumen de compra. En inglés el concepto se denomina “power buy” (compra poderosa). La idea es simple y ha sido utilizada en Colombia por las cooperativas de consumo. La cooperativa compra las mercancías directamente al productor o fabricante y obtiene unos descuentos que traslada a los asociados. Las Ligas Comunales de Consumidores podrían realizar compras al por mayor empezando por productos de uso diario, por ejemplo elementos de aseo personal (jabón, crema dental, papel higiénico, etc.) y alimentos no perecederos (arroz, harina, sal, aceite, etc.), abaratando el costo de la canasta familiar. La cosa tiene lógica. Mientras el sistema se acredita, se compran pocas o incluso una sola clase de producto que permita ir conociendo las bondades de la compra unificada.
EL PODER DE VETO DE LOS CONSUMIDORES ORGANIZADOS
Constituye el reverso del poder de compra unificado, pues la facultad de comprar implica el derecho a no comprar. Cuando una organización de consumidores acuerda, como último recurso, negarse a comprar el bien de consumo o a usar el servicio que una determinada empresa ofrece, ejerce una presión legítima para que el precio baje, la calidad mejore o si existe un riesgo grave para la salud pública o el medio ambiente, el producto salga del mercado. Se trata, entonces, del derecho no escrito de los consumidores al boicot. Tanto la compra unificada como el veto comercial pueden potenciarse con ayuda de Internet que permite realizar convocatorias amplias, ilimitadas, prácticamente sin costo. Bajo la dirección de las Ligas Comunales de Consumidores se agotarán previamente los reclamos formales y se garantizará la transparencia de la actuación.
LA DEFENSA DEL AMBIENTE Y EL ESPACIO PÚBLICO
Una de las principales funciones de las Ligas Comunales de Consumidores es velar por la conservación del medio ambiente, el adecuado manejo de residuos y la protección de la biodiversidad (fauna y flora) de la Comuna bajo su jurisdicción. Cada municipio cuenta, o debería contar, con entes de control y vigilancia que se encarguen de la función de proteger el ambiente y el espacio público, y educar a la ciudadanía en ese sentido. Las Ligas de Consumidores Comunales podrían crear los espacios donde la comunidad reciba educación en tales temáticas por parte de entidades como el DAGMA, la C.V.C., etc, que gustosamente hacen presencia en las comunidades organizadas. Por su lado, FUNDECONSUMO presta asesoría a las Ligas para realizar la defensa legal del ambiente y el espacio público, mediante la presentación de peticiones, acciones populares y acciones de cumplimiento en ese sentido.
LOS COMITÉS DE EDUCACIÓN DE LAS JAC Y LAS LIGAS DE CONSUMIDORES
Las Juntas de Acción Comunal (JAC) para funcionar adecuadamente deben contar con comités o comisiones de trabajo, siendo uno de ellos el Comité de Educación al Consumidor que puede actuar como puente entre la Liga Comunal de Consumidores y cada uno de los barrios que integran la respectiva Comuna. Dicho comité sería el encargado de coordinar las charlas y conferencias sobre temas de interés general que se programen por parte de la Liga en las sedes comunales, a cargo de entidades gubernamentales, universidades y ONG’s. Téngase en cuenta que los aliados estratégicos de las Ligas de Consumidores son las JAC, los Grupos de Adultos Mayores, y las Asociaciones de Padres de Familia. FUNDECONSUMO tiene el programa Escuelas Ciudadanas para las Comunas de Cali.
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